Hay una gran diferencia entre lo que se quiere decir y lo que se dice; muchas veces no hacemos esa relación, lo que da pie a malas interpretaciones y errores de comunicación donde no debería de haberlos, puesto que se espera que esa no sea la intención del emisor.
Es aún más común este tipo de interrupciones cuando la comunicación no es verbal, ya que se exhime de una expresión facial, tonos de voz, movimientos corporales, lo que da mayor espacio y libertad para que el receptor pueda entender a su modo y según su estado de ánimo o emociones sin que el emisor logre transmitir realmente la intención de su mensaje y a veces se pierde de vista el verdadero contexto.
Es responsabilidad tanto del emisor como del receptor asegurarse en el mismo momento de que el mensaje ha sido transmitido exitosamente, muchas veces las costumbres pueden influir en la forma en la que se transmite. Las recomendaciones como evitar las conversaciones a la defensiva, escuchar activamente, asegurarse de dar a entender el mensaje, ponerse en los zapatos del otro, conocer sobre diferencias en los estilos para comunicarse en las diferencias de género.
Completamente de acuerdo contigo, en la retroalimentación es de igual importancia que el emisor se de a entender y que el receptor haga el esfuerzo de entender lo que se intenta trasmitir, pues a veces (en muchas ocasiones) a alguno de los dos se le olvida esto y entonces comienza a haber problemas en la comunicación.
ResponderEliminar